Análisis de la santísima trinidad Andrei Rublev y la
santísima trinidad de la iglesia católica
Santísima trinidad de Andrei Rublev
Andrei
Rublev es el representante del primer estilo que puede considerarse
auténticamente ruso y que consiste en suavizar el estilo del arte bizantino más
tradicional. Fue ampliamente imitado durante los dos siglos siguientes.
La
historia de la Iglesia Católica Ortodoxa no terminó con Rusia a la cabeza, ya
que posteriormente, en el siglo XIX, y debido a la difícil situación que se
vivía en Oriente, comenzaron las emigraciones hacia América y el
establecimiento de sus patriarcados en varios países del continente, cuya
misión principal fue promulgar el Evangelio y expandir sus fronteras.
Es
así como a fines del siglo XIX llegaron a América los primeros emigrantes,
quienes dieron origen a la Iglesia Católica Ortodoxa en nuestro país56 y con
ella al surgimiento y desarrollo de una producción iconográfica local, que
conservó las características fundamentales de los primeros iconos. Estos iconos
tienen sus raíces tanto en el primer arte religioso, inscrito en las
catacumbas, como en el posterior arte imperial bizantino.
El principio trinitario
es el fundamento increbantable que une lo personal y lo comunitario y da un
sentido último a todo. La imagen de Dios Uno y Trino a la vez se erige en única
norma de toda existencia. La Trinidad es imagen conductora de los hombres,
comunidad de amor mutuo, unidad en lo múltiple, unidad de todas las personas en
una sola naturaleza recapitulada en Cristo.
El dogma enuncia: Tres
personas (hypostases) y una sola naturaleza o esencia (ousia). Tres personas
consustanciales representan la unidad absoluta y la diversidad absoluta. Están
unidas no para confundirse sino para contenerse mutuamente. Cada Persona es una
forma única de contener la esencia idéntica, de recibirla de las Otras, de
darla a las Otras, y así de presentar a las Otras.
Santísima trinidad de la iglesia católica
En el año
800, Carlomagno fue coronado como Emperador de Occidente por el Papa León III,
hecho que no fue aceptado por Oriente, por considerar al nuevo Emperador
franco, un bárbaro. Fue así como el Imperio quedó divido, con dos emperadores
cristianos, uno en Oriente y otro en Occidente, acontecimiento que favoreció a
la separación tanto religiosa como política.
Carlomagno
no intentó atacar al Emperador Oriental, pero sí comenzó una importante
persecución de herejes, ya que no era difícil acusar como tal a cualquier
comunidad cristiana. Con esto pretendió establecer su derecho como único
sucesor de Constantino y, ayudado por los obispos de occidente, acusó a la
Iglesia Oriental de haber intervenido en el Credo omitiendo el Filioque.
En el evangelio Jesús
nos revela el misterio más grande que existe, es un dogma de fe, es decir, una
verdad que debemos creer, si nos llamamos cristianos. Cada vez que rezamos el
Credo, decimos creer en un solo y único Dios, que es Padre Creador, que es Hijo
Redentor y que es Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida y Santificador.
El misterio de la
Santísima Trinidad, es uno de los "misterios escondidos en Dios, -que como
dice el Concilio Vaticano II-, si no son revelados, no pueden ser
conocidos" Y, aun después de la Revelación, es el misterio más profundo de
la fe, que el entendimiento por sí solo no puede comprender ni penetrar.
Toda la Sagrada
Escritura revela esta verdad: "Dios es Amor en la vida interior de una
única Divinidad, como una inefable comunión de personas". Son Tres
Personas distintas en un sólo Dios, como aprendimos en el catecismo.
El misterio de la
Santísima Trinidad es la revelación más grande hecha por Jesucristo. Los judíos
adoran la unicidad de Dios y desconocen la pluralidad de personas en la
unicidad de la sustancia. Los demás pueblos adoran la multiplicidad de los
dioses. El cristianismo es la única religión que ha descubierto, en la
revelación de Jesús, que Dios es uno en tres personas. Ante esta revelación
divina de su íntima esencia, no nos queda otra cosa que agradecerle esta
confianza y adorar a las Tres Personas Divinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario