Los antiguos griegos estaban obsesionados con la estética y la belleza por encima de todo. Los griegos también defendían el potencial de la mente, y las obras de sus filósofos continúan siendo lectura obligatoria en las universidades hasta el día de hoy. En vez de mantener esta idea para sí mismos, los griegos impusieron su sistema de valores sobre cada cultura que conquistaron. En una asombrosa campaña militar en el que Alejandro Magno conquistó amplios sectores del mundo y se mantuvo invicto, los griegos crearon un vasto imperio a través del cual transmitir su mensaje.
Sin embargo, cuando la cultura griega y su modo de vida alcanzo la tierra de Israel, se encontró con una increíble resistencia de la institución rabínica. Durante los dos siglos anteriores a la historia de Januca, años durante los cuales los judíos fueron expuestos a la cultura griega, los rabinos mantuvieron su oposición implacable a la forma de vida griega.
Las cosas llegaron a un punto crítico cuando Antíoco el Griego finalmente prohibió las prácticas más esenciales del judaísmo. Los rabinos se negaron a dar marcha atrás, y estaban dispuestos a arriesgarlo todo para preservar el estilo de vida judía. El conflicto resultante se convirtió en la milagrosa historia de Januca, el triunfo de los judíos sobre los griegos, y el establecimiento de un gobierno judío independiente en Judea.
La belleza para los griegos era de mucha importancia en aquellos tiempos. Los griegos estaban obsesionados con el físico humano, que es una maravilla de la simetría perfecta. La belleza para los griegos estaba en la perfección, la proporción y la armonía.
Esta armonía lograron cuantificarla en la llamada proporción Brillante o número de oro, que está inspirada por el pitagorismo y afirma que todo el mundo real se puede reducir a proporciones matemáticas, también mantenía la idea que el hombre era la medida ideal de todas las cosas y por ello todo el arte griego se hace a medida del hombre y para el hombre.
Y es por eso que la arquitectura y todas las bellezas que ellos podían realizar estaban a medida de los hombres porque consideraban que esa era una medida perfecta para poder resaltar la belleza griega.
Estas ideas se plasman en la arquitectura y en la escultura con la aplicación de los conceptos de orden arquitectónico y canon de belleza, en ambos casos la armonía, la belleza, se imagina como proporción armónica entre las partes, de un edificio o del cuerpo. Las personas hermosas de la Torá eran vivos reflejos de la armonía entre el mundo físico y el espiritual.
Aquí está un claro ejemplo de la belleza. Era tan hermoso que las mujeres locales escalaban las paredes sólo para obtener una visión de él. En lugar de dejar que el placer físico lo dominara, Yosef se mantuvo firme en la prueba cuando fue tentado por la esposa de Potifar, y no dejo que su belleza física, rompiera la armonía real de vivir una vida espiritual. Se describe que todo nuestros antepasados tenían una gran belleza atractivo físico vivía en perfecta armonía con su esencia espiritual.
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