Akenaton y su doctrina del Dios único.
Akenaton: (Amenhotep o Amenofis IV) Faraón egipcio de la XVIII dinastía. Fue sucesor de su padre, Amenofis III. Es recordado como un faraón herético o revolucionario, por cuanto, en un imperio esencialmente inmovilista, se atrevió a introducir un nuevo culto basado en la adoración del dios sol, Atón. Dicho cambio, que entrañaba importantes consecuencias en todos los órdenes de la vida de un Estado teocrático, tenía una intención política, pues permitió al faraón recuperar parte del poder que había ido perdiendo en beneficio de los sacerdotes y de la burocracia civil. En consecuencia, levantó una fuerte oposición, que daría al traste con la reforma tras la muerte de Akenatón.
La religión que trató de establecer se basaba en la superioridad de Atón sobre los demás dioses del panteón egipcio, lo que implicaba una tendencia monoteísta, incluso si el propio faraón seguía siendo adorado como un dios, intermediario privilegiado hacia el supremo Atón; los templos de los demás dioses fueron cerrados, sus propiedades confiscadas y sus símbolos destruidos (especialmente los dedicados a Amón-Ra, deidad predominante en la religión tradicional, cuyos sacerdotes habían acumulado poder y riquezas).
La revolución, provocada por Akenatón, trajo la total eliminación de las imágenes humanizadas de dioses en esculturas, relieves, muebles y otros, que habían constituido tradicionalmente la principal fuente icono-gráfica del arte egipcio. Al mismo tiempo la familia real se convirtió en el motivo central de las representaciones artísticas: en los altares de los templos donde antes se encontraban las estatuas de los dioses, se veía ahora a la familia real, a veces en pareja, otras veces con todas sus hijas, y siempre con el dios Atón, el disco solar, oficiando como protector y dador de vida.
Desde muy chico Akenaton dio tendencias diferentes a las de su familia y las de todo Egipto. El joven no aparecía en esculturas familiares y era ignorado por su padre, mientras que su hermano y hermanas eran condecorados con títulos y honores, absolutamente nadie recordaba al menor de los hijos de Amenhotep III.
El adolescente Akenaton no asistía a los templos egipcios a adorar al dios Atom y a nadie le importaba ya que hasta el gran dios de Egipto lo rechazaba. A la única que le importaba y que le brindaba su atención era su madre la reina Tiy, esposa de Amenotep III, la reina anhelaba que su hijo se convirtiera en faraón ya que su hijo mayor había muerto, pero el propósito de la reina Tiy se haría realidad luego de un tiempo su esposo enfermo a causa de las dietas que el practicaba, la cual era consumir pan hecho de trigo molido en ruedas de piedra, por lo que al consumir este producto también consumía tierra y arena y ya enfermo su padre Akenaton se convertiría en faraón con apenas 18 años.
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